Todos los días escuchamos en el telediario continuas noticias sobre los grandes niveles de contaminación que nos rodean, el mal uso de los recursos naturales... Y siempre suelen decir que el futuro del planeta está en nuestras manos, pero muy poca gente hace el esfuerzo de poner su granito de arena, que aunque parezca que no sirve de nada, un grano tras otro forman una gran montaña.
Quizás algún día entre muchos recordamos la situación en la que se encuentra la Tierra y hacemos algo como reciclar o ir andando al trabajo. Pero generalmente, la actitud consumista que nos envuelve nos hace olvidar con demasiada facilidad problemas que están empezando a ser muy graves para el planeta en el que vivimos, como la contaminación, la superpoblación, la extinción de animales o el uso inadecuado de recursos naturales.
Además nosotros, los seres humanos, somos conocidos como "los reyes de la basura", haciendo ver la gran capacidad que tenemos de destruir el planeta con residuos. Siempre se dice que el problema es la producción de plásticos o de los diferentes desechos que se producen continuamente, pero ¿quién los produce? Somos nosotros quienes producimos esa basura y por lo tanto, los responsables de la situación actual en la que se encuentra la Tierra.Una noticia que ha llamado la atención, además ha sido, que incluso en el Everest, el punto más alto de la Tierra, un ecosistema frágil de una gran blancura, apenas sin oxígeno y muy difícil de alcanzar, se han encontrado aproximadamente 80 toneladas de residuos, por su puesto han llegado hasta alli por medio del ser humano.
Así que se ve a simple vista, no sólo llenamos nuestras casas con mil cosas innecesarias, no sólo llenamos de basura las ciudades y los campos, sino que hemos conseguido llegar a lo imposible. Ni la pureza de las montañas más altas, ni el tamaño de los grandes océanos, incluso ni la estratosfera pueden librarse de nuestra producción de residuos innecesaria.
Ojalá comencemos a tomar medidas lo antes posible, porque aunque parezca que no, todavía estamos a tiempo de cambiar nuestros hábitos y así conseguir mejorar la situación del planeta para las próximas generaciones. De hecho la mejor herencia que podemos dejar a nuestros descendientes es un planeta habitable, porque la Tierra no pertenece a los humanos, sino que somos nosotros los que pertenecemos a ella.
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